jueves, 24 de marzo de 2011

24 DE MARZO DIA DE LA MEMORIA

Se ha puesto de moda ahora hablar de “golpe cívico-militar” para hacer referencia al golpe de marzo de 1976, pero con la misma lógica se debería hablar de “golpe cívico-
militar” para los de 1930, 1955, 1962 y 1966, si por “cívico-militar” se quiere decir que una amplia porción de la sociedad, por acción u omisión, apoyaba el golpe en cada una de esas oportunidades. La excepción sería el golpe del 4 de junio de 1943, que fue exclusivamente militar y motivado por la II Guerra Mundial, ya que se quería impedir el acceso a la Presidencia de la Nación a nuestro comprovinciano Robustiano Patrón Costas, no por su condición de conservador, ya que los golpistas también lo eran, y el gobierno que derrocaban también, sino porque era pro-aliado y los golpistas eran pro-nazis.
El golpe de 1976 se consumó por varias razones, entre las que hay que mencionar la existencia de la guerrilla, particularmente, los Montoneros, y los secuestros y asesinatos de empresarios, militares, policías, sindicalistas y civiles, cometidos por esta organización terrorista; pero también porque se quería cambiar la economía nacional, no por los desastrosos resultados a que la había llevado el gobierno de Isabel Perón y su asesor López Rega, sino para eliminar lo que los sectores involucrados en el golpe consideraban era la causa de la inflación y los problemas de la economía, que supuestamente eran la industria nacional y el poderoso sector sindical de la Argentina.
El golpe de marzo consumó una cruel persecución y aniquilamiento de los cuadros guerrilleros de menor importancia, junto a los guerrilleros rasos, simpatizantes y familiares, además del saqueo de sus bienes; sin embargo, curiosamente, o no tanto, los golpistas perdonaron a casi todos los jefes y jerarcas de la organización Montoneros.
El golpe tampoco resolvió ninguno de los “problemas” que pretendidamente eran la causa de la decadencia económica del país, pero arrasó con segmentos enteros de la industria nacional, mantuvo y acrecentó la inflación, endeudó a niveles astronómicos a la Argentina y dejó el terreno minado en materia económica para los gobiernos democráticos que le sucedieron.
Hoy se focaliza el golpe de 1976 en la persecución de los militares a Montoneros, que era la agrupación terrorista más organizada y con mayores cuadros del amplio espectro de grupos similares que existían al momento del golpe; pero no se dice que la represión a Montoneros y demás organizaciones similares la había iniciado el propio Perón en 1974, con la famosa “Triple A”, junto a la Policía Federal y policías provinciales, víctima de la cual fue secuestrado y verosímilmente asesinado nuestro gobernador Ragone.
El golpe de 1976 tiene un fundamental sentido de recordación, de la misma forma que recordamos también en forma permanente el Holocausto. Ese recordatorio, sin embargo, no debe ocultar que todo terrorismo debe ser condenado y, con mayor razón, el terrorismo de Estado, aunque lo practique un gobierno democrático como fue el de Isabel Perón y López Rega entre 1974 y las vísperas del golpe de Marzo de 1976.

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