lunes, 3 de septiembre de 2012

DROGAS Y ALCOHOL PREOCUPAN A LOS MEDICOS

La internación urgente de una joven golpeada salvajemente por su pareja dejó al desnudo la problemática creciente de violencia doméstica en una amplia zona de influencia de la ciudad de Embarcación.
Sandra López, de 23 años y madre de dos niñas, vive en la comunidad wichi del paraje San Pantaleón, en Morillo, y fue golpeada hasta quedar inconsciente por su pareja y padre de las nenas. Según los profesionales, las marcas en su cuerpo atestiguan que tiene golpizas de mucho tiempo.
“Los problemas sociales repercuten directamente en el hospital público, ya sea por violencia en todas sus formas o por adicciones, tema que nos preocupa especialmente”, dijo  el médico Hugo Morales, gerente de Atención a las Personas del Hospital de Embarcación.
Para el profesional, como para otros trabajadores de la salud de la zona, la experiencia les marca que las autoridades no están enfocadas en el núcleo del problema, porque en lugar de retroceder con las acciones que se aplican el problema avanza y se profundiza.
“Los jueces tienen que actuar en esto, porque esa mujer wichi y sus hijas, como tantas otras, vuelve a vivir al lado del violento porque no tiene opción. Y entra en un círculo de violencia permanente de la que volverá a entrar al hospital golpeada o muerta”, remarcó Morales.
Del mismo modo puso el acento en la creciente drogadicción en los jóvenes. “Las adicciones se dan en tres estadios: primero el alcohol, luego el paco y le sigue la marihuana. Todas esas sustancias llegan a las comunidades de la zona”.
Círculo vicioso
El médico Hugo Morales explicó que los jóvenes entran en un círculo interminable, porque llegan al hospital en coma alcohólico y mezcla de sustancias. Se los desintoxica y, si hubo algún hecho violento, interviene un juez. “En un día o dos salen y vuelven a la misma vida, al círculo vicioso. Todos, vecinos y autoridades, saben dónde venden la droga, dónde están los dealers y las bocas de expendio. Si no se ataca esa raíz, cada día el problema será mayor”, lamentó.
La cuestión se agrava rápidamente, al punto que el equipo de salud tiene perfectamente identificadas las zonas más críticas: Misión La Loma y Misión Franciscana, a las que les siguen en menor medida la comunidad criolla de El Bordo y San Cayetano.
“Conversamos con la gente, de todas las edades. Los chicos quieren salir de la adicción, pero no hay elementos ni infraestructura de contención ni recuperación. El hospital solo tiene una psicóloga que no da abasto. Es necesario contextualizarse en la cultura zonal y, como hospital, no tenemos ni complejidad ni personal especializado”, señaló Morales.
“El incremento es alarmante”
El médico Hugo Morales aseguró que “el incremento de las adicciones en los últimos 5 años es alarmante e impacta en las áreas de salud pública y educación”.
Y fue contundente al reiterar que “todo se centraliza en la Justicia. Me pregunto qué es lo que les impide actuar. ¿Y la Gendarmería? Es grave y no hay controles serios, reales, profundos”.
Coincidiendo con los propios vecinos, evaluaron que los jóvenes son presa fácil de las drogas porque están en un lugar donde no encuentran inserción laboral de ninguna índole. “Eso los hace vulnerables, inseguros y sin expectativas”.
Y fue más allá al considerar que “hay golpeadores y violentos en todos los ámbitos, incluida la administración pública. Con ellos también hay que interactuar, plantear el diálogo terapéutico y asistirlos con sus familias, porque todos son víctimas. Pero no basta con la atención sanitaria, sino que debe existir una decisión desde el Estado en todos sus estamentos, particularmente la Justicia”, concluyó.

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